
…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…
lunes, 22 de noviembre de 2010
Inventario

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
No puedo imaginar mejor equipaje!
Tanto por entregar,sembrar y recoger!!
Propensión al silencio???? Pero si piensas en voz alta!!!
Publicar un comentario