
Echo de menos sentarme contigo y dejar que la noche cuente las horas por nosotros, el denso sabor del Habana 7´en nuestras bocas cómplices, la fragmentación de la amargura en nuestras soledades compartidas por el tiempo que quiso que nos encontráramos una mañana de noviembre de 1988. ¿Te acuerdas? Recién estrenada nuestra condición de universitarios, sin saber apenas nada del mundo y de la vida, pero ansiosos de conocer y de las verdades como puños que marcarían nuestra conciencia para el resto del viaje.
Tú lo decías bien, "la vida es despedirse", pero nunca pensé que hablabas también de nosotros, porque la vida no distingue ni se detiene y a la melancolía sólo se la evita moviéndose sin tregua y dejando la memoria adormecida.
Algún día nos volveremos a encontrar, a compartir el silencio que tanto decía de nosotros, y descubriremos que los años de la luz no fueron en vano, a pesar de la oscuridad que hoy reina más allá de mi nostalgia.
1 comentario:
Si mantenemos vivo el recuerdo, y le damos fuerza a la fé, seguro ese reencuentro sucederá, cuando menos lo esperemos y cuando más falta nos haga..
Besos!!!
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