…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

lunes, 14 de febrero de 2011

Inventario 2

Un sillón director que se desintegra, un cerco de ruido, una despedida sin palabras, un calendario perpetuo, nuevas certezas, viejos miedos, una cuenta atrás, frío al amanecer, el tiempo para qué, un depósito en reserva, nuevos libros de Kenzaburo Oé, anhelos de revolución, ni un ya le llamaremos, una alfombrilla de ratón con diez años de clicks, barba de cuatro días, rutinas para no pensar, una nostalgia estéril, la deriva de los días, una enmienda a la totalidad de nada, paisajes y personas, una contabilidad decreciente, el paso de las horas, un punto de inflexión en paradero desconocido, el lamento de un perro encerrado, y ahora, por fin, el silencio agazapado.

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