…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

viernes, 17 de febrero de 2012

Ahora

Ahora que el tiempo se extingue en los meandros 
de tu ausencia, implacable y tenaz,
y mi tacto es de mármol romo, desgastado
como el óxido inerte de una brújula
en el hemisferio equivocado.
Ahora que desmenuzo el rastro de tu olor
en vigilias de ébano y duermevela,
y los sudores de la escaramuza ya no son un tributo
a tu sexo, sino residuos de un pasado de temblor
bajo el peso de los cuerpos.
Ahora, en fin, que la tarde se eterniza en falsas ofrendas,
proclamando el advenimiento de una primavera nueva
en la piel que ya es del viento…
Es el momento de definir los límites en que habitas,
realidad o sueño, y trazar un plan definitivo
que ponga cerco a los silencios.
Ahora,
ahora o nunca.

lunes, 13 de febrero de 2012

Espantapájaros

La extraña mueca del espantapájaros
es su prisión,
crucificado en el abrazo del silencio
es condenado a la soledad.
Por eso tiene la cabeza llena de pájaros,
y sueña con plagas de langostas
que lo liberen de tanta ruina,
cubriendo de fuego la tierra
que sólo satisface al amo.
Entonces y sólo entonces,
cuando no haya rastro
de esbirros contra hombres
y el fruto se reinvente en semilla
de futuro,
el ser de espiga y paja será libre.

Insurrecto

Si me dejo crecer la barba,
vuelvo a fumar en pipa
y desempolvo mi boina calada,
con su estrellita roja…
¿qué dirán mis fantasmas?
Enfundado en mi vieja gabardina negra
y con el pañuelo de las causas perdidas,
sus raídos jirones,
¿habrá un sitio para mí?
El espejo acrecentó mis ojeras,
y ando en los años del aciago descenso
a los miedos más arcaicos,
como y duermo solo,
le hablo al televisor
y, a veces, la madrugada me sorprende en el sofá,
en penumbra de sueño,
como a un moribundo abandonado.
En estas condiciones, parece aventurado
entregarse al instinto más rebelde,
no ser uno más, y sí uno menos.
Pero es que tengo el alma alerta
y la mirada de solsticio rojo.
Y la vida me parece más humana
desde este lado de la locura
que inventan para confundirnos,
aquellos que se dicen buenos.
Delirio sí, soberbio e insurrecto,
frente a la necedad de sus razones,
para poblar de eterna rebelión
mentes, cuerpos, calles, primaveras.

domingo, 12 de febrero de 2012

Enigma

Nunca te fuiste,
aunque ya no estés.
No hay ciudades definitivas,
como cantaba el poeta.
Detrás de este silencio, espeso
como un vaso de ginebra,
existe un mar y una noche
que no acaban,
y los versos carcomidos
de un epílogo viejo.
Su reflejo desgastado al filo
de una mirada.
Tú querías sentir,
y yo sentía que quería.
Así suceden las cosas,
y todo lo demás es invención
del alma,
un tributo a la soledad encubierta
de las horas más lentas.
No, nunca te fuiste,
y busco en mi memoria las palabras
que resuelvan el enigma.