…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

miércoles, 30 de enero de 2013

Orilla


Quiero volver a dibujar ese momento,
la noche extendida a nuestros pies
y tus senos alzados y tersos sobre mi cuerpo
ocupándolo todo, devorando oscuridad.
Me acostumbro a este olor nuevo que dejas
en mi piel y en las cosas que amo y me poseen,
inventario de canciones, cuadernos y mañanas de sol.
He añadido a mis tesoros tu labio inferior
y esa mirada ferozmente tierna que devuelven
los espejos a tu paso, mudos y heridos
de belleza inalcanzable vislumbrada un instante.
En esta orilla desembarco al fin, sin zozobra
ni deriva, para sembrar  tu espalda de besos
y dejar libres los sentidos, abriéndome camino
en el insondable y eterno tránsito del amor.

martes, 22 de enero de 2013

Duermes


Abrazas la almohada deslizando tus sueños
en el movimiento lento de la noche,
me has sobrevolado y tienes para siempre
mi mirada de manantial inagotable.
Tantos nombres y recordar sólo el tuyo,
en días centenarios que se alargan
como el mapa de tu piel, sin edad,
sin límites, precisa y definitiva extensión
de caricias encendidas.
Un lenguaje nuevo inventamos con silencios
y ahora, emboscados de deseo,
esperamos la lluvia que nos guarde
en brazos del otro, transitando un camino
de malva amanecer.

viernes, 18 de enero de 2013

Cuatro y veintitrés, A.M.


El insomnio de las cuatro y veintitrés acerca tu piel tersa
a mis sentidos, hace frío y doy gracias a las horas
robadas de la noche en el cauce del deseo.
Una cama puede ser un continente o la patria
cuando se ama. Una barricada para dejarse la vida
a besos, el festín de los amantes.
Es bueno que no estés, y aun así reconocerte
en el tiempo de caricias sobre todas las cosas,
habitando salones antes desiertos y acordes sostenidos
en este sol mayor de tu mirada.
Tendida estás amor, y eres lecho y refugio
en el sueño que por fin me acoge.