…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

sábado, 21 de enero de 2012

Piel

Frente a la ventana,
tus hombros desnudos
asidos a mis manos.
La lluvia hacía su trabajo,
reteniéndote.
Pero en tu silencio
supe que ya no volverías.
Y el tacto se volvió zozobra.
Lo malo de las despedidas
es el sabor a nada de los besos.
Las razones de la ausencia
se fraguan lentamente,
en inventario de palabras
no dichas.
Y hay un rastro de poros abiertos
que reclama ser religión desde
tu cuerpo,
ese enigma no resuelto de la adicción
a la piel.

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