Si te vuelvo a ver una mañana en una ciudad
cualquiera,
cerca de la avenida que da al mar o sorteando
coches y rutinas,
sentada en el parque mientras juegan los
niños, tal vez regando flores
en un balcón pequeño.
y no sepa qué hacer con las manos ni con las
palabras,
aunque recuerde tu nombre y esa mirada felina
de superviviente
en un reino de sombras como transeúntes,
que se olvidó de nosotros en el momento más
duro,
cuando la certeza del deseo sacude como un
disparo
y todo pasa demasiado tarde o nunca es suficiente.
Si vuelvo a verte entonces, esa mañana,
deja que mire hasta el final de tus ojos
y siembre de dudas cada rincón de tu vida.
Que tu puerta no se cierre hasta que yo me
haya ido
o me guarde tu respiración por siempre.
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