…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

lunes, 18 de junio de 2012

Desvelo


Otra vez me he sentado al borde de la cama, sin sueño,
deshabitándote en las horas y es de bronce tu imagen,
conservada en la retina del tiempo incomprensible.
Te diría que hubiese querido mirar la luna contigo,
su lado más oculto, y besar cada peca de tu cuerpo,
descubrir constelaciones en la piel. Así es mi debilidad
con los adioses, aunque no sea otoño ni vivas dentro
de las canciones que te nombran, y las sábanas
no guardaran el sudor de nuestros cuerpos anudados,
tan libres a los instintos y exultantes de desvelo.
No comprendo esta libertad nueva
que me lleva a digerir tu ausencia a duras penas,
hasta que me aferro a tus muslos imaginarios
y vuelvo a estar en ti, dentro de ti,
cual asaltante de sueños que se cuela en tu vida
y muere por besar los labios que ha sellado para siempre,
en pacto de silencio.

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