…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

martes, 14 de agosto de 2012

La espera


Si pudiera verte ahora, en este instante de dudas y silencio,
te ofrecería mi alma de papel, palabras sencillas que invento cada noche
en que se escurren, lentas, las horas. Y los rostros
no son tu rostro, y cada nombre es la antítesis de tu nombre.
No es fácil amar las estelas de la ausencia, y me levanto de esta silla,
reviso el cortejo de insectos desde mi ventana,
me sirvo agua helada, corrijo la inclinación de un cuadro
y vuelvo a mi asiento, concentrándome en la respiración
y los latidos que me regalan un segundo más de vida,
un renacimiento de los sentidos para sincronizar tus sueños y los míos,
antesala de los días que ya no serán extraños ni tristes.

No hay comentarios: