tu olor abandonará la almohada y el aroma a
incienso
se hará sutil y finalmente inapreciable,
pasará el verano,
las risa de un niño vendrá a tapar los huecos
de tu ausencia.
Habrá aires nuevos, del sur, y quizás esparzan
las cenizas
del deseo fulminado.
No hay que mirar atrás, de nada sirve
conciliar el pasado,
y el futuro se olvidará de nuestros nombres,
los besos serán una ilusión que aguarda
intacta en otros labios.
Así pues, que los años te congelen la sonrisa,
compañera,
y tu vida sea el trance más amable y llevadero.
Que nunca sepas de dolores más persistentes
que un breve adiós,
y el amor no se torne en veleidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario