…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

martes, 19 de febrero de 2013

Será


Será que esta lluvia intermitente no ceja en su afán
de recordar que somos invierno. Será que la luz mínima
de la habitación dibuja tu sombra definida o la belleza extraña
del desorden del amor. Será que cayeron meteoritos
y yo miraba al mar de noche en un viernes de calma, mientras
otros rezaban por sus vidas. Será que temblé de frío y tristeza
ante una ventana, y nadie más que tú podía rescatarme de la pesadilla
para transformarla en sueño. Será que este día se perdió
en el espacio interminable de tu ausencia y ningún mago o profeta
te pudo traer de vuelta cuando más te necesitaba.
Será que el noticiero habló de mí como un número más
de muchos que eran hombres y ahora son fantasmas.
Será que mis manos se quedaron con el molde de tu cuerpo
y no comprenden otro tacto que no sea el tuyo. Será la muerte,
que siempre camina a mi lado, para advertir de la insignificancia
de mi nombre. Serán las despedidas sin besos en la boca, o la soledad de
una autopista de vuelta a mi casa vacía, o este pelo desordenado por el viento.
Por eso, mientras todo sucede, sólo soy lo que ves, un tipo
y sus circunstancias, a veces acorralado y herido, y en ocasiones brillante
y embaucador, que se distingue del resto de individuos
por ser el que te ama hasta donde no llegan las palabras.

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