…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

jueves, 28 de febrero de 2013

Ola de frío


Nieva en la ciudad que aún no te he mostrado 
y las alcantarillas hierven de tristeza.
Hay inviernos que se nutren de abrazos necesarios,
anticipan el temblor de los amantes
entre adoquines viejos, desahucios y miseria.
Es extrañamente hermosa esta forma decadente
de supervivencia, cosmopolita redención de viajeros
suburbanos en busca de miradas desconocidas,
corazones en alerta para suavizar el peso de los días
que acaban siempre en lunes, deseo latente
de una huida que termina inevitablemente en ti.
Volveré a esas calles de tu mano, sin odio, anunciando
la patria nueva que me has revelado desde tu cuerpo,
y vagar sin rumbo ya no será un fenómeno inexplicable
de tiempos pasados, sino esperada absolución
para los años terribles de frío, nieve sucia y zapatos mojados
en andenes que no llevaban a ninguna parte.
Ven conmigo, te protegeré del viento glaciar de la vida,
es hora de encontrar sentido al camino.

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