…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

lunes, 11 de marzo de 2013

Razones


A veces, sitiado en la rutina y el desorden
de la distancia, inesperadamente revive el ímpetu
de tu beso en un malecón, cocina o garaje,
o me veo arrinconado contra la pared
por tu cuerpo desatado, y comprendo
que la vida sobreviene cuando nada esperas,
y hasta el filo de un papel puede provocar la herida
más profunda, un disparo a quemarropa en la sien
de los amantes, y de vuelta a la madrugada
que me deja sin sueños.
Di las palabras que me salvan, anuncia tu llegada
con ruido de tacones y miradas encendidas,
sé el boceto de mis dedos fértiles en una
penumbra perfecta.
Todas las razones caben en una sola:
nunca el invierno dejó tanto calor al amparo
de manos sobre piel, o la oscuridad fue
una excusa perfecta para habitar el deseo
en tu boca. 

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