Unos pocos miran al cielo pidiendo generosa lluvia; otros, ver aviones que oculten el sol para alimentar la ilusión de una huida; algunos buscan una luna escurridiza que les amamante; y todos esperan poseer el secreto no revelado del encantamiento.
Yo sólo dejo pasar las horas mecido en los acordes de Vetusta Morla, y encuentro las respuestas que ya formaban parte de mís propias sombras, solos, cerrados por dentro, afuera están los otros...
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