…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

jueves, 27 de diciembre de 2012

Vientre


Tu vientre puede ser mi hogar, en él adivino el futuro
del tiempo, cuando coges mis manos y las dejas en el centro
de tu piel, posadas y tibias como un deseo alargado
en hondas madrugadas sin tu cuerpo.
Entonces mis palabras se hacen pequeñas y la voz
única es el bramido del mar de tu niñez,
un instante de vértigo y ya puedo mirarte fijamente
sin sentir extraño el áspero zarpazo del amor.
Te has convertido en mi trinchera, desapercibida
la luz se fue apagando y permanecimos quietos
sin ser despedida. La luna cambió de perfil
y seguías a mi lado. Ahora no podré irme nunca.

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