Afuera: Una lluvia dura, violenta, desatada; una solemne oscuridad amiga de sombras; un viento afilado e impreciso, sin rumbo; un mar intuído de crestas plateadas; una esfinge mortificada en el beso de salitre; aves imaginarias de la noche.
Adentro: el tic tac incisivo de un reloj de piedra; un vaso de ron sin hielo sellado a mis dedos; la respiración ensoñadora de un niño; la música sublime en vinilo de Pink Floyd, hey you, out there in the cold, getting lonely, getting old, can you feel me...; un disparate de horas robadas al sueño por un gesto de renacimiento; una luz interrogante. Y en mi cabeza, los versos de María Elena Walsh, los mismos que garabateé una madrugada de hace diez años, minutos después de la muerte de una abuela que me decía "pájaro" y "Rafi", en su sano delirio de alma errante y cercana al secreto de la eterna permanencia.
"Darle cuerda al amanecer, empujar un poco al sol,
al buen día meterlo en casa.
Silba la calandria y nos sorprende en vela,
amuchados, con ganas de seguir.
Estación claridad, vamos llegando".
Buenas noches a todos, mariposas y difuntos.
http://www.goear.com/files/external.swf?file=f57f4b0
al buen día meterlo en casa.
Silba la calandria y nos sorprende en vela,
amuchados, con ganas de seguir.
Estación claridad, vamos llegando".
Buenas noches a todos, mariposas y difuntos.
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