…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

miércoles, 17 de noviembre de 2010

De hombres y panes

Rescato una noticia que salió hace algún tiempo en los medios, a medio camino entre la anécdota y el chascarrillo. Aunque no tiene ni gracia. Trataba de una persona que había sido condenada a permanecer dos años en prisión por el robo de...una barra de pan. Me acordé repentinamente, porque hoy, a la salida de mi trabajo en un barrio donde, como diría el entrañable Guevara, se dan todas las jodidas condiciones para levantarse en armas y plantar la semilla revolucionaria, un hombre pequeño y curtido de calle y de noche al ras se acercó a mí y me pidió algo de pan para comer.
El hambre es subversiva, cualquier estado que se vanaglorie de serlo siempre sanciona a los hambrientos con la invisibilización. Una simple barra de pan puede ser la chispa de la rebelión, puede llevar a las masas moribundas por inanición a las mismas puertas de la Zarzuela, paradigma del festín absolutista y absoluto. Por eso no se está castigando al mendigo con esa pena de dos años, sino a toda una conciencia dormida que podría despertar y poner fin a los crímenes de la mafia mercantilista del llamado “mundo libre”.
Y qué decir del pobre hombre, ya se sabe, mata a una persona y te dirán “asesino”, mata a un millón y te llamarán “conquistador”. Pobre cabeza de turco, la maquinaria de la manipulación informativa no perderá la ocasión de tejer la trama que nos destripará la vida y obras de Francois -que así se llama el desdichado, como si de un personaje de Victor Hugo y su magnífica Les miserables se tratara-, nos dirán que era un tipo violento, maltratador, casi un psicópata que no dudaría en desmembrar una barra de pan con un cuchillo de quince centímetros tan sólo para saciar su hambre; y todo ello para desviar nuestra atención de esos turbios despachos municipales de nuestra geografía española, donde todo se compra y se vende y las manos políticas se manchan con dinero sudado de los obreros.
Podemos dormir tranquilos, la justicia una vez más nos protege de esos muertos de hambre para que todo siga igual, paraíso terrenal consagrado que descansa sobre los cimientos bien firmes de una democracia a medida de los buenos.

1 comentario:

Blackandwhiteangel dijo...

Abres los ojos que estaban dormidos dentro de mí al leer tanta dura y delicada realidad...!!