…La noche más larga se fue adentrando en mí con la precisión de un bisturí de cirujano, e irremediablemente, el latigazo de la memoria ahuyentó al fin todo el pesar, para transformarse en escenario de palabras. No esperaba la redención con ellas, ni tampoco un marasmo de certezas añadidas a lo que ya sabía. Tan sólo dejaría que se hiciesen dueñas de cada momento, entregado a la necesaria ocurrencia de que habría de amanecer…

domingo, 21 de noviembre de 2010

Extractos 2 (1989-1991)

Como al mar te quise,
azúl.
Tus ojos eran la ola y la espuma
y el mar mismo.
Te tuve un instante frente a mí,
y te quise como al mar,
pues eras tú.
Caminé por las aguas de tu sonrisa,
y te amé como sólo se ama una vez.
Pero no fue, me perdí buscando tus ojos,
y seguiste mirando al mar, impasible.
Como al mar te quise, amor.
Como al mar

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Cuando la flecha está en el arco,
tiene que partir.
Triste, silenciosa, anhelante.
Cuando la flecha surca el viento,
ha de distinguir.
Cuerpos, almas. Amores, pasiones.
Cuando la flecha se ha clavado,
debe recibir.
Miradas, palabras, labios que besan.
Cuando la flecha te arrancaste,
¡Ay!
Dolor, dolor, dolor

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Caminaré la noche otra vez,
buscando la senda perdida de tus labios,
la luz de tus pupilas, la pasión de amarte.
Volveré a naufragar en versos inútiles,
sabiendo que el dolor dura dos vidas,
una para perder y otra para olvidarte.
Seguiré derribando templos a corazón abierto,
ante el dolor gratuito que instalaste en mi pecho.
La indiferencia de tus palabras.
Y entonces sabré que nunca fuiste cierta.

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Mar de fondo, pero lejos.
Y esta ensoñación, deseo de sentirme dentro
de ti.
Huye alguien que sabe vivir y nunca medita.
Nada espera de las aves del alba.
Ah, pero tú, inerme y sudoroso,
entonarás su canto,
y la habitación mengua y asfixia.
No habrá más odio por bandera
que una noche de mayo y el calor
sin tu cuerpo.

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